El eterno espía alemán

El eterno espía alemán

El eterno espía alemán, una noticia que nos llega por telégrafo, de nuestro servicio especial “Espionaje de Opereta”.

París 9 de septiembre de 1908. Despachos de Orleans dan cuenta de un suceso cómico, que, como otros muchos, tiene por argumento el eterno espía alemán, que quita el sueño a los franceses, y explotan los diarios cuando carecen de asuntos sensacionales.

Ahora se trata de un ciudadano que se hacía pasar en Mulhouse por comisionista de cervezas bávaras.

Hace pocos días, dicho sujeto fue a Bourgues, y se hizo amigo de varios soldados que prestan sus servicios en la Dirección de la Artillería.

Les convidó en distintas ocasiones e intimó con un guardián del polvorín.

Cuando creyó que se había captado su confianza, le propuso le procurara, mediante algunos francos, diferentes piezas de cañones modernos, y sobre todo una especial, que le indicó, de los de 75 milímetros.

El guardián aparentó aceptar, y avisó a sus jefes. Estos, alarmadísimos, acordaron sorprender al tenebroso espía, que diputaron alemán, porque ya se sabe que en Francia todo el que habla de cañones y documentos militares con los soldados, es alemán mientras no se demuestra lo contrario.

El soldado, de acuerdo con sus jefes, prometió la pieza al comisionista en cervezas, el cual volvió a Mulhouse.

Antes convinieron que el soldado, así que tuviera la pieza en su poder, avisara al comisionista con un telegrama.

Así hizo el domingo, citándole en la estación de Aubrais.

El comisionista fue exacto.

Llegó a la estación, y del brazo del soldado fue al buffet para discutir el precio. Cuando estaban en estos tratos, varios policías detuvieron al presunto espía, que protestó enérgicamente, alegando es un ciudadano respetable, que sólo se ocupa de vender la mayor cantidad de cerveza posible a los clientes que le honran con su confianza.

Dicen los despachos de donde tomamos estos informes, que el comisionista parece, por su aire militar, un oficial de tropa de línea.

Ha sido conducido a Orleans.

Las autoridades han comenzado a instruir una sumaria.

Aquí la noticia no ha impresionado mucho, porque llevábamos varias semanas sin que fuera preso ningún espía alemán y se esperaba que surgiría alguno de un momento a otro.

Sin embargo, algunos se preguntan qué iba buscando el comisionista de cervezas con una pieza de cañón, cuyo plano y características poseen los alemanes seguramente desde hace mucho tiempo.

Noticia publicada en la correspondencia de España el 10 de septiembre de 1908.

Juan Manuel Fernández
Últimas entradas de Juan Manuel Fernández (ver todo)

Deja un comentario