7C. Kellerbier

Aroma: Refleja el estilo base. Típicamente tiene un carácter adicional de la levadura, con subproductos no encontrados con frecuencia en cervezas alemanas de buen acondicionamiento en frío, como diacetilo, azufre y acetaldehído.

Apariencia: Refleja el estilo base. Por lo general, puede ser algo turbia o nublada y probablemente un poco más oscura en apariencia que el estilo base.

Sabor: Refleja el estilo base. Típicamente tiene un carácter adicional de la levadura, con algunos sub-productos que no se encuentran con frecuencia en cervezas alemanas bien acondicionadas en frío, tales como diacetilo, azufre y acetaldehído, aunque no a niveles objetables.

Sensación en Boca: Refleja el estilo base. Tiene un poco más de cuerpo y textura cremosa debido a la levadura en suspensión y puede tener una ligera pesadez si el diacetilo está presente. Puede tener una carbonatación más baja que el estilo base.

Historia: Originalmente, Kellerbier se refería a cualquier cerveza lager madurada en las cuevas o sótanos bajo la cervecería. En el siglo XIX, Kellerbier era una cerveza fuerte, envejecida, destinada a durar el verano (Sommerbier), almacenada en bodegas de piedra y servida directamente en ellas. Pero cuando la refrigeración comenzó a ser utilizada, el término pasó a describir las cervezas especiales que eran servidas jóvenes, directamente desde la bodega o los tanques de acondicionamiento en frío. Hoy en día algunas cervecerías utilizan el término puramente con fines de marketing para hacer que sus cervezas parezcan especiales. Mientras que una Kellerbier a veces se considera más un estilo de servicio que un estilo de cerveza, la técnica de servicio todavía se utiliza predominantemente con ciertos estilos en algunas regiones, como Helles alrededor de la zona de Munich, o Märzen en la región de Franconia.