Mister George C. Tanner, cónsul de los Estados-Unidos en Chemnitz (Sajonia), presentó a su Gobierno un curioso e interesante estudio sobre el consumo de cerveza en Alemania.
Los datos del expresado Estudio hacen referencia al año 1885, reflejando la enorme cantidad de cerveza producida en Alemania y la importancia de su consumo, tanto a nivel económico como a nivel social.
El informe, sin embargo, refleja un curioso relato de los usos y costumbres en Alemania a la hora de beber cerveza. Precisamente comparto esa parte que recoge una imagen social de la Alemania de 1885 en torno al consumo de cerveza.
“Desde mi llegada a la tierra germánica, —dice Mr. Tanner— no he visto beber un solo vaso de agua. Los criados tienen derecho a que se les dé cerveza en todas las comidas, y no hay mesa, por humilde que sea, en la cual no ocupe la cerveza el sitio de honor. Los niños, apenas destetados, empiezan a ser regalados con cerveza, y la verdad es que los angelitos no parecen hacerle ascos.
Toda costumbre nacional se funda en una teoría. El arte o la ciencia de beber existe en Alemania desde tiempos inmemoriales, y así puede llamárseles propiamente, si se les compara con la embriaguez ciega y asesina que desola los Estados Unidos. El arte de beber consiste sencillamente en la parsimonia que se emplea en tal operación. Todas las bebidas en Alemania se toman a pequeños sorbos: se emplea, por ejemplo, media hora para consumir un chop de cerveza.
Los efectos de este método obran sobre la circulación de la sangre, de una manera tan gradual que no producen ninguna alteración brusca en el organismo. El bebedor dedica además todo el rato posible a concluir sus libaciones cuando advierte que ya se acerca el momento de hacer alto.
Esto es precisamente lo que no saben imitar los bebedores americanos, que apuran la copa de un solo sorbo, sin darse más descanso que el necesario para volverla á llenar.
Digno es de señalarse el benéfico influjo que ejerce en Alemania, la presencia de las esposas, de las madres, de las hijas, en las cervecerías. La costumbre que tienen de acompañar a los bebedores, basta a mantener una circunspección que no es conocida en los bares y salones americanos. Por esto es cosa rara en Alemania, ver borrachos en los sitios públicos.
Cierto que se dan excepciones, sobre todo en las grandes ciudades; pero por lo general los cafés y las cervecerías son lugares decentes en los que una mujer puede entrar sin temor. Por otra parte, la embriaguez, cuando se manifiesta, no suele excederse de su carácter anodino o inofensivo, y no se explaya más que con risas y canciones.»
Espero que hayan disfrutado de esta estampa costumbrista de la Alemania del siglo XIX, la noticia fue publicada en La Vanguardia el 3 de marzo de 1887.
Beber cerveza, como describe el estudio sobre el consumo de cerveza en Alemania, no solo es un auténtico arte, sino todo un acto social. Me quedo con una frase a modo de conclusión, que definiría muy bien el arte de beber cerveza, disfrutándola con familiares o amigos, en un rincón del bar o en una terraza, tras la jornada de trabajo o simplemente por placer… hay multitud de pequeños momentos para la ocasión: “El arte de beber consiste sencillamente en tomar la cerveza a pequeños sorbos”.
Y para ti ¿cuál sería tu frase definitoria del arte de beber cerveza?
- Origen de la Luna de Miel - 9 febrero 2022
- La discutida calidad de la cerveza - 4 febrero 2022
- De la cerveza y de la propiedad de ella y de sus provechos y daños - 28 mayo 2021